sábado, 25 de agosto de 2018

La puerta no se cierra

La alfombra se abre paso y mi cuerpo camina sobre su sedoso tacto. Luego, abro los ojos y el sueño se disipa. La realidad se va asomando tal cual rayos cálidos, pero mi piel sigue estando fría. El aire huele a miel pero me irrita la garganta. El cielo torna a rosa pastel y el sol cuenta de nuevo su historia. El corazón comienza a latir rápido y el pecho se agita y cae hacia el acantilado. Alli me esperan sirenas que suavizan la caída con sus cantos y el carmesí de sus labios. Una mirada hacia atrás me hace ver y escuchar ese tintineo que arrulla mi cara. Un beso me calma al instante y las comisuras de mi sonrisa saludan de nuevo. Asi de bonita es mi galaxia pero debo volver a mi hogar donde me aguarda el guardían del gran tesoro .

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