Un paso y adelanto. Me giro y solo veo huellas que me alcanzaron hace tiempo. Quizás nos dirijamos hacia el mismo camino. Quizás crucemos la misma puerta. Quizás haya en aquel mirador un banco libre.
Empiezo a oir teclas sin que la lluvia cese. No necesito paraguas, solo un cálido abrazo.
Puedo sentir con agudeza sus fuertes pisadas. La vibración llega hasta mi pecho y corta la respiración. Y cuando me doy cuenta, noto un ligero pero amargo sabor a tierra...¿Qué ha pasado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario